domingo, 6 de junio de 2010

Picos de Europa - 3 -



"No me llaméis Naranjo, pues fruto no puedo dar; llamadme Picu Urriellu, que es mi nombre natural".

Cuando empecé a subir a la montaña allá por el año 70, en el mes de Febrero, José Luis Arrabal y Gervasio Lastra habían quedado aislados en la cara oeste del Naranjo y aunque fueron sacados de la pared por los equipos de rescate, José Luis Arrabal, en helicóptero, moría días después de una neumonía que le sobrevino como consecuencia de haber estado tantos días expuesto al frio y al viento.


Su entierro en Madrid constituyó una enorme manifestación de pesar en la que se vieron cientos de jóvenes montañeros, lamentando la muerte de José Luis Arrabal, un nuevo tipo de escalador de pelo largo y aspecto contestatario, una nueva juventud que ya poco tenía que ver con el prototipo de montañero formado en el Frente de Juventudes o en la OJE, totalmente al margen de la sociedad conservadora.


En Agosto del año 1971, se consiguió la primera ascensión de  la oeste del Naranjo sin vivac, los autores de esta hazaña de la época,  fueron José Ángel Lucas y Rafael González Duran “loquillo”, de quienes me precio de  haber sido amiga. Justo un año más tarde José Ángel consiguió la primera ascensión en solitario en 20 horas.

Una nueva hazaña se lleva a cabo en Febrero del año 73, se consigue la primera ascensión invernal de la Rabada Navarro en la famosa cara oeste del Picu. Los encargados de este nuevo hito fueron, de nuevo José Ángel Lucas, “el rebeco” como le llaman  en su tierra, junto con Miguel Ángel García Gallego “el murciano”, Pedro Antonio Ortega “el ardilla” y Cesar Pérez de Tudela.

Fue ésta una escalada polémica, por la repercusión mediática que tuvo, repercusión con la que muchos montañeros de la época no estaban de acuerdo.

En un primer momento también estaban en la pared, Gervasio Lastra y Fernando Martínez, aunque estos abandonaron desde los Tiros de la Torca, realizando, Lastra a su llegada las siguientes declaraciones, que fueron publicadas el 10 de Febrero de 1973 por el Diario ABC.

No reanudamos la escalada desde los Tiros de la Torca porque hacía mucho frio. Yo entiendo el montañismo como una forma de disfrutar lo más posible de la montaña, y como vi que en aquellas condiciones no podríamos lograrlo desistimos. Yo no quise participar en el show. Nunca quise ponerme al radioteléfono porque, tal y como se habían planteado las cosas preferí no hacerlo. Estas situaciones no van conmigo ni con mi forma de ver el montañismo. Sin pretenderlo me vi metido de lleno en todo aquel montaje. Fernando y yo llegamos con la intención de hacer esa escalada sin prisas. Luego llegaron todos los demás y las cosas se complicaron demasiado.

¿Estas de acuerdo con el montañismo competitivo?

Si pensáis que esto ha sido una competición me alegro de haberme retirado. Estaba claro que no podíamos llegar a ninguna clase de  entendimiento con ellos. El clima estaba muy tenso y por supuesto alguien tenía que ceder para evitar aglomeraciones en la pared. Fuimos nosotros quienes cedimos porque según nuestra filosofía montañera, no estaba en nuestros cálculos participar en ninguna competición. Como montañero pienso que hubo poca pureza en todo esto. He oído hablar de gloria y de riesgo pero creo que no hubo ni lo uno ni lo otro. Nos separan profundas razones morales.



Pocos meses después, José Ángel Lucas moriría, tras hacer la Walker en las Grandes Jorasses al ser atrapado por una avalancha junto a Fernando Villa “Piviu”. Aunque fueron rescatados, para José Ángel ya era demasiado tarde, aunque al menos pudo ser enterrado en su pueblo natal de Tornavacas. Fue un episodio doloroso para el montañismo español y especialmente para quienes le conocimos.

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