Hace varios años estuve en Cuba y si bien es cierto que me gustó el país, también lo es que me produjo una cierta tristeza. Curiosamente, lo que a mi me entristecía, a los amigos que viajaban conmigo y otras personas les resultaba atractivo.
Estuve en la isla de Cayo Coco, en uno de esos megacomplejos hoteleros, en los que te ponen una pulsera al entrar y que no te quitas hasta salir. Las hay de distintos colores y según el color puedes disfrutar de más o menos prestaciones.
Entonces no lo sabía pero al parecer Cayo Coco era una especie de reserva natural en la que se podían encontrar plantas y animales de varias especies.
Hubo varias cosas que me sorprendieron. Lo primero el “pedraplen” que es la carretera o camino que lleva a la isla. Cuentan que este “pedraplen” se construyó echando piedras sobre el mar en la Bahía de los Perros, y que Fidel Castro, en una visita que hizo al lugar dijo: "Aquí hay que tirar piedras sin mirar pa'lante."
Esa primera noche, era tarde cuando terminaron de darnos las habitaciones y nos habilitaron la cena en un comedor pequeño para todo el grupo, al salir de cenar ya de noche cerrada y camino de la habitación vimos unos cangrejos enormes, por el tamaño parecían centollos grandes y que tenían una pinza enorme y la otra diminuta y que andaban de lado, a una velocidad increíble y que corrían a sus anchas por los paseos y los bungalows. Afortunadamente dormíamos en un primer piso y no entraban pero personas que dormían en los pisos bajos si abrían la terraza se les colaban los bichos. También vi las ranas más grandes que había visto en mi vida, todas alrededor de la piscina croando, aunque por la mañana muy temprano, por el cambio de hora me despertaba de madrugada, limpiaban la piscina concienzudamente.
Hicimos una excursión privada en jeep, conocimos Playa Pilar, una playa paradisiaca, de fina arena blanca en la que éramos allí las únicas personas que estaban, estuvimos en unos manglares increíbles en una motora y comimos en otra playa en la que habían asado un cerdo para nosotros, lo asaban enterrado en la arena, nunca he comido un cerdo más rico que aquel, y de regreso al hotel paramos en Morón, en una plaza en la que parecía que de un momento a otro íbamos a ver a José Martí, paseando absorto pensando en sus “Versos sencillos”.
Tambien fuimos a Trinidad, ciudad colonial que fue fundada por los españoles en 1514 por el adelantado Diego Velázquez de Cuellar y que fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1988. Se la considera una de las ciudades coloniales mejor conservadas de Cuba.
Y llegó La Habana. Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982. Había oído hablar a mucha gente del encanto y atractivo de La Habana y cuando llegué, me entristeció, me gustó La Habana pero creo que mas por lo que imagino que fue, que por lo que vi. Me pareció una ciudad descuidada y empobrecida. Que estuviera empobrecida es comprensible por el bloqueo internacional al que estaba sometida Cuba, pero que estuviera descuidada creo que era problema local. Por supuesto ese comentario me valió que la gente me considerara un poco loca, porque según decían ese es precisamente el encanto de La Habana, así que opté por callarme.
De Cuba y su forma de vida me llamaron la atención muchas cosas, por ejemplo los coches, eran coches americanos de los años 30 y 40, supongo que los que había de antes de la revolución, los autobuses de transporte urbano que cada uno era diferente, por ejemplo llevaban el chasis de un camión sin embargo donde iban los pasajeros era casi como una cabina de autobús normal, el guía me fue hablando de la educación y la sanidad, de la que daba la impresión que se sentía orgulloso y me contó que su mujer se había aumentado el pecho, lógicamente a cuenta de la Seguridad Social. Yendo en el autocar que nos llevaba, vi un coche con dos partes delanteras, pero que una de ellas hacia de trasera y era más grande que un coche normal, casi parecía una limousine, y efectivamente lo era, solo que de un coche normal al que le faltaba la parte trasera, le habían puesto otra parte delantera, seguramente de algún desguace y habían hecho la limousine, se lo comenté al guía que iba sentado conmigo y me dijo “es que el cubano resuelve” explicándome que eran tantas las carencias que tenían que agudizar el ingenio.
Todos estos recuerdos me vinieron a la mente el otro día, en el Hospital de La Paz en Madrid. Había ido con mi hermano porque le iban a practicar una prueba y tuvo que ingresar el día anterior. Cuando nos dieron la habitación, aunque era bastante pequeña nos dijeron que era para dos personas, pero que faltaba la cama porque habían llevado al paciente a hacerle un escáner, cuando llegaron con la cama, me quede sorprendida. Llevaba levantados los protectores laterales los cuales iban sujetos a los pies de la cama con una venda grande de las de traumatología, de esas con las que te vendan las piernas, el motivo no era otro que si quitabas la venda el protector se caía y no había forma humana de sujetarlo. También vi una silla de ruedas en las mismas condiciones, faltaba el reposapiés y la habían también vendado para hacer esa función, y así, me fui fijando en los pequeños detalles, tantos que no puedo ponerlos todos.
Así que pensé: “vaya, el español resuelve, igual que el cubano”, ¿será una reminiscencia cubana por eso de que un dia perteneció a la corona española? Es triste pero cierto, así está la sanidad en Madrid, y nosotros no tenemos bloqueo, que sepamos.
Creo que si la señora Aguirre supiera que la he puesto al nivel de Fidel Castro seguramente le diera un ataque, pero es lo que hay.
5 comentarios:
Bona nit MCB.
Gracias por tu apoyo a la huelga y por pasar por la ruta.
Me ha gustado tu entrada pero yo lo veo desde un punto mas romántico sobre lo que nos cuentas de apañárselas como uno buenamente puede después de tantos años de bloqueo. También me has puesto los dientes largos porque yo no he estado de Cuba, es uno de mis viajes soñados.
Bonitas fotos, sobretodo la de la carretera.
Pues si puedes no dejes de ir porque merece la pena, aunque como digo me entristeció un poco. Aunque eso no lo he puesto era triste ver que los niños te pedian boligrafos o lapiceros para el colegio y por mucho que me dijeran que eso era lo pintoresco de Cuba, a mi me entristecia.
Paso bastante por la ruta, me gusta.
Yo he estado 3 veces en Cuba, y me enamoró desde la primera vez. Y precisamente en lo que cuentas radica su "encanto". La gente lo está pasando mal, mas de una vez tuve que hacer esfuerzos para contener las lágrimas en plena calle (la primera vez, una madre me ofreció un bebé desnudito para que me lo trajera conmigo a España) y aún asi, sonrien. Como pueden, pero sonrien. Cantan, bailan y resumen su situación en un escueto "esto no es facil". La procesión va por dentro.
Ni hoteles, ni paisajes, ni playas, ni música, ni ron... el autentico valor de Cuba es su gente
perdón por ponerte esto aqui. Pero es cierto que te dejas el corazón allá...
http://www.youtube.com/watch?v=5p17ZMTjilE
Hola Paulova, animate y empieza a escribir, claro que ya has empezado por lo mas importante y es hacer el blog, el resto vendrá despues.
Pongo aqui el comentario porque al no tener ninguna entrada no puedo hacerlo en tu blog.
Bienvenida
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