miércoles, 24 de febrero de 2010

EL DIA DE LAS TARTAS


Una anécdota de las muchas que se producían cada semana contada desde la perspectiva del tiempo puede parecer una tontería, pero lo cierto es que entonces a nosotros no nos lo parecía. Éramos gente joven que quería comerse el mundo, con ganas de divertirse y de vivir, con sueños, ilusiones y deseos por cumplir. Sueños que todos compartíamos.
Antes de empezar a subir con Loquillo, subíamos con un grupo variopinto de chicos, y digo variopinto porque eran totalmente distintos unos de otros, incluso vivían en distintas barriadas de Madrid. San Blas, Delicias, Puerta de Toledo y Paseo de Extremadura, pero si tenían una cosa en común…. La Montaña
Aunque ya no subíamos con ellos la relación era buena, solo había una excepción, pero con ignorarnos era suficiente. Algunos de ellos, que con el tiempo fueron parte importante de nuestras vidas, si nos encontraban por ahí dejaban a los demás y se quedaban con nosotros.
Había algunos Fernando en el grupo, eran de los del Paseo de Extremadura, así que un día decidieron que el 30 de Mayo que es el día de San Fernando, o el fin de semana más cercano, había que subir a Pedriza con unas tartas. Nos invitaron a Loquillo, Mari Paz y a mí y como se corrió la voz, se agregó algún Fernando más. Cada Fernando tenía que llevar una tarta grande.
Cuando llegó el gran día, allá nos fuimos todos, un sábado por la tarde, cargados con los macutos y las tartas. Creo que éramos más de 20, porque como sucede en toda celebración, se agregaron, amigos, primos, etc. Como siempre Mari Paz y yo éramos las únicas chicas. Si mi padre me hubiera podido ver por un agujerito seguro que le habría dado algo.
Subíamos despacio, como ocurre cuando va tanta gente junta y además con ganas de divertirse, íbamos camino del Tolmo. Antes de llegar al Tolmo a la izquierda del camino nos quedamos.
Era una noche de luna llena, con lo que Pedriza estaba espectacular, pero espectacular de verdad. Nadie debería morirse sin ver una noche como aquella.
Se colocaron los sacos y se empezó a sacar la cena de los macutos. Los filetes empanados, la tortilla, pimientos, filetes rusos, vamos lo típico que se llevaba entonces para comer y que creo que era lo que llevábamos todo aquel que subíamos a la sierra. Uno de los agregados que era amigo de Juan, llevaba un chorizo y queso de su pueblo que estaba de muerte.
Alguien había llevado linternas de esas de camping gas y nos pusimos a compartir la comida y parecía como si estuviéramos en una boda, y que teníamos las tartas y todo. Se oyó el típico ¡Que se besen, que se besen! ¡Viva las chicas! ¡Viva los Fernandos! Y ya se hacía vivas a todo, que si ¡Viva el Pájaro! ¡Viva el Tolmo!, etc. y risas y más risas de todos. Se hablaba de aquello que ya se había hecho y de lo que se soñaba con hacer. Se empezaron a contar historias, como la leyenda de la cueva de la mora, la leyenda del cancho de los muertos y la de un montañero que:
Cuentan que un alpinista, apasionado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, quiso subir sin ningún compañero.
Empezó la ascensión y se le fue haciendo tarde y más tarde y no se preparó para acampar sino que decidió seguir subiendo y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver casi nada. Todo era negro y las nubes no dejaban ver la luna y las estrellas. Cuando estaba solo a unos pocos metros de la cima, resbaló y se deslizó a una velocidad vertiginosa.
El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo y en esos angustiosos momentos le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte y rogó a Dios que le salvara
De repente, sintió un fuerte tirón de la larga cuerda que lo amarraba de la cintura a los tacos clavados en la roca de la montaña. En ese momento de quietud, suspendido en el aire gritó: ¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!.
De pronto una voz grave y profunda de los cielos le contestó: ¿Y qué quieres que haga?
El montañero contestó ¡¡Sálvame Dios mío!!
Y escuchó una nueva pregunta: “¿Realmente crees que yo te puedo salvar de ésta?
Y el hombre contestó: “Por supuesto, Señor”.
Y oyó de nuevo a la voz que le decía: “Pues entonces corta la cuerda que te sostiene…”.
Hubo un momento de silencio.
El hombre se aferró más aún a la cuerda.
Cuenta el equipo de rescate, que al día siguiente encontraron a un alpinista muerto, suspendido de una cuerda, con las manos fuertemente aferrado a ella ….y a tan solo un metro del suelo.
Ya habíamos terminado de cenar y habíamos acabado con las tartas, cuando de repente alguien dijo: ¡Vamos a hacernos el Tolmo!

Y hacia el Tolmo nos fuimos todo el mundo. Cuando llegamos había gente allí preparándose para dormir o charlando, pero con nuestra llegada se espabilaron, hubo quien se puso a escalar en el Tolmo, otros se fueron hacia el Pájaro, sepa Dios a que y otros se quedaron a mitad de camino. Estaba amaneciendo cuando llegamos el último a dormir



Al día siguiente estábamos medio muertos por la falta de sueño pero aun así la gente se fue a escalar, unos se fueron a las Buitreras y otros volvieron al Pájaro. Bajamos tarde a comer al restaurante al que íbamos en el tranco y siguió la alegría. Ya en el autobús de regreso algunos se echaron un sueñecito, porque realmente estábamos cansados pero felices.
Nosotros podíamos considerarnos AFORTUNADOS y PRIVILEGIADOS, porque estábamos donde queríamos haciendo lo que nos gustaba y eso no le estaba permitido a todo el mundo y mientras nos divertíamos y comíamos tartas en Pedriza, en el mundo exterior, o real, vivíamos en una dictadura, que estaba viviendo sus últimos años aunque por entonces no lo sabíamos.
Todavía en esos tiempos la policía visitaba las casas de aquellos que alguna vez habían estado encarcelados por ser contrarios al régimen de Franco, solicitando información sobre ellos a sus vecinos; querían saber como vivían y que hacían y si recibían muchas visitas porque si era así se consideraban reuniones clandestinas, esto no era conocido por el gran público, los vecinos a los que preguntaban generalmente se lo contaban al interesado para que estuvieron preparados e informados.
España era un país en el que en ese tiempo aun existía la pena de muerte, por fusilamiento o por medio de garrote vil que consistía en un collar de hierro que mediante un tornillo, con una bola al final retrocedía produciendo la muerte por la dislocación de la vértebra de la columna cervical, es decir se le rompe el cuello a la víctima, se supone que la muerte era instantánea pero no siempre ocurría así.
El último ejecutado en España a garrote vil fue Salvador Puig Antich el 2 de Marzo de 1974. Luis Llach le dedicó el tema “I si canto trist”
Luis Eduardo Aute compuso la canción “Al Alba”, con motivo de las últimas ejecuciones que se produjeron en España, aunque disfrazada de canción de amor para poder pasar la censura.
Afortunadamente con la muerte de Franco y la instauración de la democracia, se abolió la pena de muerte en la Constitución de 1.978 y se acabó con aquella barbarie.
Esto último no tiene nada que ver con “el día de las tartas”, pero he hecho mención a ello para resaltar la suerte que teníamos aquella juventud que por entonces subíamos a la montaña, que vivíamos en un mundo libre en el que todos nos considerábamos amigos, porque se podía decir que formábamos parte de un grupo, con las mismas ilusiones, que unos consiguieron cumplir y que otros nos quedamos a medio camino.


sábado, 13 de febrero de 2010

MANIFIESTO POR LA JUSTICIA DE BALTASAR GARZON




¿Por qué un manifiesto a favor de Baltasar Garzón?

Un grupo de ciudadanos, preocupados por el significado del proceso abierto contra el Juez Baltasar Garzón y por sus consecuencias en la salud democrática de la Justicia española, han elaborado este manifiesto para que los ciudadanos y organizaciones sociales puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión y a la defensa de la Justicia en la que creemos.

Cuánto más lo difundamos más influencia tendrá. Tu blog, tú facebook, tú twitter, tú mail son las mejores formas de difusión.

¡Pásalo!

Texto del “Manifiesto por la Justicia de Baltasar Garzón”

El juez Baltasar Garzón ha ejercido una justicia continuada y valiente durante veinte años en la Audiencia Nacional, comprometida con la defensa de los derechos humanos en España y en el mundo contra dictadores, terroristas, corruptos y enemigos de la democracia.
El juez Baltasar Garzón ha sido uno de los principales promotores del desarrollo en España del principio de Justicia Universal.
El juez Baltasar Garzón es víctima de una campaña promovida por sectores de extrema derecha, Falange Española y el sindicado fascista Manos Limpias, con una sorprendente connivencia de algunos sectores progresistas.
El proceso contra el juez Baltasar Garzón es en realidad un juicio sumario contra los defensores de la Democracia, la Justicia y los Derechos Humanos y a favor de la impunidad de crímenes muy graves de carácter internacional.
El juez Baltasar Garzón está siendo juzgado por una sala del Tribunal Supremo en la que la mayoría de sus miembros juraron lealtad al Movimiento Nacional del franquismo.
Una sentencia adversa al juez Baltasar Garzón, tras agotar las instancias judiciales españolas, acabaría probablemente con una superior sentencia condenatoria del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra el Estado español.
El juez Baltasar Garzón representa el modelo de justicia basado en la defensa de los Derechos Humanos conforme con su Derecho Internacional que millones de ciudadanos y víctimas reclaman en todo el mundo.
Ya en 2008 el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas recomendó al Estado español la derogación de la preconstitucional Ley de Amnistía de 1977.
Este caso vuelve a demostrar la necesidad de la Justicia Internacional. Incluso España, el país que intentó procesar al dictador Pinochet, es incapaz de juzgar su propia dictadura. Y quien lo intenta, es juzgado por ello.

La entrada está copiada del blog de mi amiga ѕagιтario

lunes, 8 de febrero de 2010

RIGOR CIENTIFICO Y EVIDENCIAS DEL CAMBIO

En los últimos días hemos visto diversos titulares en referencia al cambio climatico y al llamado "climagate".

Salvemos la libertad cientifica.
El "climagate" revela malas prácticas investigadoras por preseión ambiental y politica. El calentamiento no esta en cuestión pero es obligado mas rigor.
Mas miedo al pacto que al clima.
87 paises suscriben Copenhague, pero sin objetivos firmes



Analisis de TERESA RIBERA
Secretaria de Estado de Cambio Cilmático

En los últimos meses hemos visto en los medios de comunicación críticas al Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC). La coincidencia de fechas con las proximidades de la Cumbre de Copenhague nos ha llevado a pensar si existía alguna intención deliberada de desacreditar a la ciencia del cambio climático.

Existe un amplio consenso en la mayoría de la comunidad científica sobre el calentamiento del sistema climático. Esta conclusión está más allá de cualquier argumento, así lo demuestran los sólidos datos que se desprenden del análisis de la temperatura media global de la superficie del planeta. La evidencia del cambio climático en los últimos 100 años no sólo se puede deducir del incremento de la temperatura media global sino también de los cambios observados en el retroceso de los glaciares, la reducción del hielo en el Ártico, así como de los cambios en los comportamientos de la naturaleza.

El IPCC basa su trabajo en la literatura científica revisada y sus procedimientos y evaluaciones responden a un proceso riguroso y transparente, en el que participan científicos reconocidos y de diversas disciplinas procedentes de un gran número de países. Por ello, sus informes, sujetos de manera adicional a amplia revisión de expertos y Gobiernos, son imparciales, abiertos y objetivos. Las informaciones publicadas estos días en los medios de comunicación en relación con los glaciares responden a un error detectado en un informe de en torno a 1.000 páginas y que en ningún momento cuestiona o invalida la principal conclusión del documento, ni las evidencias científicas del cambio climático. Es más, la detección de este error es una prueba más de la evaluación constante y del análisis contrastado del trabajo abierto del IPCC. No es descartable -aunque no sea deseable, evidentemente- que pueda identificarse algún otro error en alguno de los datos fácticos de éste o de cualquier otro trabajo científico. En estos casos, sí debemos ser cuidadosos a la hora de extraer conclusiones y extrapolarlas al resto del informe invalidando el conjunto del trabajo o el resto de la información.

Ningún procedimiento de evaluación es inmune a un mal uso puntual, por ello, debemos trabajar para asegurar que se aplican los sistemas de control de calidad que tiene establecidos el IPCC, al mismo tiempo que se mejoran y amplían los procesos de evaluación y revisión de sus informes.

La sociedad y sus responsables políticos deben basar las decisiones y medidas que adopten de acuerdo con el mejor conocimiento científico y datos disponibles aportados por la investigación y la observación constantes. La credibilidad del sistema se basa en la calidad de la mejor ciencia posible y el IPCC sigue siendo una referencia de ello.

Publicado por EL PAIS 06/02/2010